La legionella es una bacteria que se encuentra en ambientes naturales fríos en pequeñas concentraciones, pero en climas húmedos más cálidos se reproduce rápidamente siendo un riesgo importante para la salud.
Esta bacteria fue descubierta por investigadores del Center for Disease Control (CDC) de Atlanta, pero no fue hasta años después cuando se encontró un método de diagnóstico de la enfermedad. Hasta aquel momento, prácticamente era indetectable, pero desde entonces, según los datos del Ministerio de Sanidad, se ha convertido en la tercera causa que con mayor frecuencia provoca neumonía bacteriana.
¿Cómo afecta la legionella a las personas?
No todas las personas que se exponen a la legionella enferman, las personas que mayor riesgo de infección tienen son las que sufren alguna de las siguientes patologías:
- Mayores de 50 años
- Los fumadores o exfumadores.
- Con enfermedad pulmonar crónica (como enfermedad pulmonar obstructiva crónica o enfisema).
- Las personas que tienen el sistema inmunitario debilitado o toman medicamentos que lo debilitan (como después de un trasplante de órgano o por quimioterapia).
- Los que tienen cáncer.
- Las personas con enfermedades subyacentes (como diabetes, insuficiencia renal o insuficiencia hepática).
En España, de acuerdo con el “Informe de la situación de la legionelosis en España en 2015”, publicado por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica Centro Nacional (RENAVE). La incidencia en hombres en 2015 fue 2,6 veces superior a la de la mujer, proporción que se mantiene desde 2010.
¿Cómo y dónde podemos contraer legionella?
Generalmente, está enfermedad no se transmite de una persona a otra, ni de animales a personas, ni por beber agua o ingerir alimentos contaminados.. Actualmente, aún no se conoce con exactitud cuál es la cantidad de bacterias necesarias para producir una infección en humanos. La probabilidad de desarrollar esta enfermedad viene dada tanto por el contacto con la bacteria, como por los factores de la persona (edad, enfermedades asociadas, por ejemplo).
Las tipologías de infección por legionella son:
- Hospitalaria.
- Asociada a los viajes.
- Extrahospitalaria (o comunitaria).
¿Cuáles son los síntomas de la legionelosis?
El periodo de incubación dura entre dos y diez días, en caso de que no se trate rápidamente puede ocasionar graves secuelas cerebrales o incluso la muerte.
A continuación detallamos los síntomas más comunes:
- Malestar general
- Dolor de cabeza
- Fiebre (que con mucha frecuencia es alta), escalofríos y temblores.
- Dolor articular y muscular.
- Tos
- Problemas para respirar.
- Dolor en el tórax.
- Diarrea, nauseas, vómitos y dolor abdominal.
- Problemas de equilibrio.
Preste atención a estos síntomas si ha sido ingresado o ha viajado en las últimas semanas y póngase inmediatamente en contacto con un profesional de la salud, en caso de no ser tratado rápidamente puede sufrir consecuencias graves.
¿Cómo se trata la bacteria de la legionella?
Al contraer la enfermedad del legionario el tratamiento recomendado generalmente es la administración de antibióticos que en ocasiones puede prolongarse durante meses.
Recalcamos que debe ponerse en contacto cuanto antes con su médico si tiene síntomas de la enfermedad y ha estado hospedado en hoteles u hospitales recientemente, ya que la demora del tratamiento está asociada a un pronóstico peor, e incluso la muerte en ocasiones, como se ha señalado anteriormente.
¿Dónde encontramos la bacteria de la legionella?
La bacteria de la legionella suele habitar en ambientes de agua dulce y puede convertirse en una preocupación para la salud cuando se propaga por sistemas de agua artificiales, como los edificios.
Es una bacteria muy resistente, capaz de sobrevivir a condiciones físico-químicas muy variadas en su hábitat natural. Normalmente encontramos esta bacteria en bajas concentraciones, aunque con las temperaturas altas se multiplica con rapidez.
Por este motivo, puede encontrar condiciones óptimas para su reproducción y diseminación si llega a los sistemas de abastecimiento y distribución de agua de las grandes ciudades. A través de ellos, puede alcanzar instalaciones como los sistemas de agua caliente sanitaria, sistemas de agua climatizada, torres de refrigeración, centrales humidificadoras industriales, fuentes ornamentales y jacuzzis, cisternas de agua fría o caliente, sistemas de instalación interior de agua fría para el consumo humano como tuberías (especialmente en aquellas con flujo de agua escaso o inexistente), sistemas de riego o de agua contra incendios, etc.
Algunas de las anteriores instalaciones pueden, además, facilitar el estancamiento de agua y la acumulación de lodos y otras sustancias (como incrustaciones y corrosión presentes en las tuberías), que forman una biocapa, la cual, junto a la temperatura, constituye otro de los factores que contribuyen a que se reproduzca y prolifere la Legionella.
¿Cuándo y dónde debemos de tener cuidado con ella?
- Cabezales de ducha y grifos de lavamanos
- Torres de enfriamiento (estructuras que contienen agua y un ventilador como parte del sistema centralizado de enfriamiento del aire en edificios o procesos industriales)
- Bañeras de hidromasaje
- Fuentes y accesorios decorativos con agua
- Tanques de agua caliente y calentadores de agua
- Sistemas de tuberías complejos y de gran dimensión
Al contrario, con los sistemas de aire acondicionado de los automóviles y de las casas no debemos preocuparnos, ya que no usan agua para enfriar el aire; por lo tanto, no presentan un riesgo de Legionella.
¿Cómo se propaga la legionella?
Una vez la bacteria Legionella se ha instalado en el sistema de agua del edificio, este agua puede dispersarse o evaporarse en pequeñas gotas lo suficientemente pequeñas como para ser inhaladas. Las personas podemos contraer la enfermedad al inhalar estas pequeñas gotas que transportan la bacteria.
Por otra parte, existe otra forma menos común de contraer la enfermedad, y es al aspirar agua dañada. Al tragar y desviarse agua accidentalmente a los pulmones también podemos contagiarnos de la fiebre de Pontiac o enfermedad del legionario, esta manera de contagio es más común en personas que sufren dificultades para tragar. Esta forma de infección es más frecuente en el ámbito hospitalario y especialmente afecta a personas que, por alguna causa, presentan un bajo nivel de conciencia, como aquellos bajo el efecto de intoxicación alcohólica, que toman fármacos sedantes o presentan enfermedades que les conducen a la somnolencia y el letargo.
¿Qué podemos hacer para acabar con la bacteria legionella?
La legionella no puede ser prevenida de manera individual, si no que es necesario el uso de diferentes medidas higiénico-sanitarias en todo tipo de instalaciones donde pueda habitar. Prevenir esta enfermedad, potencialmente erradicable, depende del mantenimiento, desinfección y limpieza periódicos de los sistemas húmedos de los edificios o instalaciones.
En Sitehisa nos encargamos de realizar las revisiones periódicas necesarias para asegurarnos de que la bacteria de la legionella no habita en sus instalaciones o viviendas.
Llevamos más de 35 años realizando tratamientos y revisiones contra la legionella. Si quieres saber más, solicita información sin compromiso en el teléfono 944 476 888.
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